Sexto sentido - Corrubedo II

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3 comentários:

Ricardo Silva disse...

Ui... mais uma injecção de saudade!
Ò tempo, volta para trás!

Em relação ao "Castro de Barona", fiz uma pequena pesquisa e dei com um artigo em castelhano que fala um pouco sobre aquela zona. Mostra ao Vitor, lembro-me que ele ficou curioso com aquilo.

Tirado DESTE LINK.

Lo mas destacado de esta localida es el castro de Baroña En el aspecto monumental es necesario citar en primer lugar el castro de Baroña, descubierto en 1933 y declarado Patrimonio Artístico Nacional. Situado en una península, sólo se une a tierra por un corto istmo de arena donde están las primeras defensas.

Se componen éstas de dos muros de piedra paralelos, de unos 60 metros de longitud, deshechos en gran parte por el mar y la acción degradante de los visitantes. Unas segundas defensas, formadas por tres muros escalonados, sólo dejan acceso a través de una puerta precedida de escalinata pétrea. El poblado consta de dos grupos de viviendas circulares separados por una plaza que limita al norte con un edificio rectangular, señales ambas de haber sido romanizado.

Una de las hipótesis más sostenidas es que estuvo habitado por los celtas de la tribu de los presamarcos y que podría ser el Vicus Sapcorum de la calzada romana Per Loca Marítima que atravesaba la sierra de Barbanza. En cualquier caso, el castro permaneció habitado hasta época muy tardía, tal vez hasta la llegada de los suevos.

El Castro de Baroña se encuentra como su propio nombre nos indica-, en la parroquia sonense de Baroña. Para llegar hasta el Castro, debemos tomar el mismo camino que lleva a la Playa de Arealonga y una vez aquí, un desvio nos acerca al Castro. Este está situado en una península rocosa a la que se llega por un itsmo arenoso en el que ya nos encontramos con las primeras fortificaciones de estos vestigios.

Tras la puerta de entrada -en la que se aprecian perfectamente los peldaños de la escalera- llegamos a un poblado dividido en dos: la parte inferior (la zona sur) y parte superior (la zona norte). En la zona sur situada a un nivel inferior que la norte, nos encontramos con las primeras construcciones y flanqueando la puerta aparecen los restos de la torre que serviria de defensa y haría también las veces de garita. En la zona norte separada de la anterior por una muralla más y a la que se llega por otra puerta con escaleras (igualmente muy bien conservada) y en la que se encuentran más construcciones, en las que se puede apreciar un mayor tamaño que las de la zona sur o nivel inferior.

Las construcciones que nos encontramos en el Castro de Baroña -independientemente del nivel en el que nos encontremos- son casi todas de planta circular, con banco corrido en todo el perímetro de las casas y no se aprecian puertas de entrada o ventanas. Esto es muy habitual en los castros que han sido poco o nada romanizados, puesto que el urbanismo -como se entiende hoy en día- no llega a nuestra tierra hasta que lo traen los romanos, que junto con ellos trajeron también las casas de planta cuadrada. Así pues, una organización urbanística y viviendas cuadradas con distribución interior solo las encontraremos en los castros más tardios y que alcanzaron su apogeo bajo la dominación romana.

Con respecto al hecho de la falta de puertas y ventanas en las construcciones castreñas todavía hoy suscita debate entre la comunidad arqueológica, no obstante, la teoría con más fuerza y más sostenida es aquella en la que se postula que la puerta de entrada estaría ubicada en la techumbre de la vivienda, la cual viene reforzada por la poca altura de las paredes exteriores, mientras que la iluminación interior vendría proporcionada por un hueco en la parte más alta que también haría las funciones de chimenea permitiendo la salida del humo producido fuego que estaba siempre encendido dentro de las viviendas.

El Castro de Baroña, es el más típico ejemplo de castro de tipo marítimo, ya que no solo se encuadra dentro de esta clasificación por su ubicación, ya que también lo hace por el medio de vida de sus habitantes. Pero de su economía hablamos en el apartado que tiene destinado.

Pero la majestuosidad del Casto de Baroña, no reside en sus muros, puerta de entrada (en un óptimo estado de conservación), o sus contrucciones; la belleza del Castro reside en el lugar que elegido por nuestros antepasados para levantar su civilización y sus urbes. La península rocosa perfectamente defendible por todos sus flancos, en los cuales el mar jugaba una parte importante, y su fortificación en el único acceso posible (teniendo en cuenta los medios materiales de la época), así como los acantilados que lo circundan, lo convierten en un bastión de resistencia, preparado para sufrir guerras, asedios, y los ataques de los ejercitos mejor armados. Sin embargo, las últimas excavaciones, abren la posibilidad que de poco sirvieron ante la llegada de las tropas romanas.

António Simões disse...

Realmente, foi um lapso meu no artigo do Corrubedo,ao afirmar que os Castros apresentados eram já da influencia pré-romana depois de tomada a peninsula , ou se era de facto um verdadeiro Castro Celta intacto e não colonizado.As minhas desculpas aos meus caros Amigos por tamanho erro,mea culpa por não ter investigado melhor na elaboração do mesmo.

Abraço
António

Fernando Encarnação disse...

Viva caro amigo António.
Isso não é relevante, o que é relevante é o estado de conservação das coisas que permaneceram assim sabe-se lá à quantos anos, e uma coisa é quase certa se fosse cá ou as entidades competentes deixavam aquelas estruturas degradarem-se ou nós encarregávamos-nos de o fazer. Lá não ví lixo nenhum, se fosse cá...

Temos um bom exemplo a Fortaleza do Pessegueiro esteve abandonada até à bem pouco tempo, mas felizmente a autarquia Sineense tomou conta da situação e estão a decorrer actualmente obras de conservação e sustentação das arribas, local que pela acção da erosão está mesmo colado com as paredes da Fortalesa.

Abraço.